VOTO ESTRATÉGICO, VOTO SANCIÓN Y VOTO VOLÁTIL

Posted by on January 17, 2016 in Blog, Gara | 0 comments

VOTO ESTRATÉGICO, VOTO SANCIÓN Y VOTO VOLÁTIL

Las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 se han caracterizado por importantes variaciones de votos, tanto a nivel estatal como a nivel del País Vasco sur. Así, el Partido Popular ha perdido 3.655.680 votos y el PSOE 1.472.132 sufragios, a pesar de estar en la oposición, mientras que Podemos ha irrumpido con fuerza con 5.160.709 papeletas, así como Ciudadanos. Las variaciones no han sido menores en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y Navarra puesto que EH Bildu ha perdido 115.186 sufragios, todo lo contrario de la formación morada que gana 397.000 papeletas. La comprensión de estas oscilaciones, a veces notables, supone distinguir tres tipos de votos: el voto estratégico, el voto sanción y el voto volátil.
El voto estratégico significa que el votante, en un cálculo coste-beneficio y en función del contexto marcado por oportunidades y obstáculos, decide votar por uno u otro partido. Ese voto se ha manifestado en la CAV en estas elecciones donde una parte no desdeñable del voto de la izquierda abertzale se ha transferido a Podemos pensando que, en unas elecciones generales marcadas por un retroceso del bipartidismo y la irrupción de partidos emergentes, el voto a favor de la formación liderada por Pablo Iglesias propiciaría la reforma de la Constitución española para posibilitar el ejercicio del derecho a decidir tanto en Cataluña como en el País Vasco y la flexibilización de la política penitenciaria. La apertura mostrada por Podemos sobre la cuestión territorial ha favorecido esa transferencia de votos, especialmente en Gipuzkoa y Araba donde la formación emergente ha llegado en primera posición. Pero, lo propio del voto estratégico es que puede variar sobremanera de una elección a otra en función de las circunstancias y de lo que está en juego.
El voto sanción traduce una voluntad del elector de castigar a un partido, a menudo en el gobierno, por su gestión y/o su mala conducta. El Partido Popular ha padecido de manera manifiesta ese voto como consecuencia de sus políticas de austeridad, sinónimas de recortes en las políticas y prestaciones sociales y de incrementos sucesivos de los impuestos, y de los casos de corrupción que se han sucedido a lo largo de la legislatura que acaba de terminar. El voto sanción se traduce, bien por la abstención de antiguos electores del PP, bien por la elección de otras opciones como puede ser Ciudadanos. A través de ese voto, el elector desea trasladar un mensaje de desaprobación y de condena por las políticas llevadas a cabo y las conductas mantenidas por los dirigentes de esta formación política. El voto sanción puede igualmente afectar a un partido de la oposición por su incapacidad a encarnar una alternativa atractiva y creíble.
Y el voto volátil da cuenta de un voto poco asentado que puede variar notablemente en función de los acontecimientos, de la personalidad de los candidatos o de la exposición mediática de los mismos. Propio de los electores poco politizados, que no han interiorizado profundamente una cultura política determinada y que no se identifican con ningún partido en particular, ese voto conoce importantes oscilaciones según aspectos que no se corresponden con las variables clásicas que manejan los politólogos y sociólogos como pueden ser la edad, el sexo, el lugar de nacimiento, el nivel de estudios o la profesión. No en vano, se observa una mayor prevalencia de la volatilidad del voto en electores jóvenes, poco cualificados y urbanos. Ese voto es manifiesto en los partidos emergentes a nivel estatal, dado que Podemos apenas existe desde hace 18 meses y Ciudadanos era una formación que limitaba su presencia electoral a Cataluña hasta hace menos de un año.
En definitiva, a la hora de realizar una lectura sosegada de los comicios del 20 de diciembre, es preciso distinguir estos tipos de votos para evitar cualquier error de interpretación y poder extraer conclusiones pertinentes.

Publicación de la Tribuna Libre en el periódico GARA el 11 de enero de 2016.

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