EL VOTO ÚTIL DE IZQUIERDA
En unas elecciones autonómicas que se anuncian muy reñidas entre las dos formaciones nacionalistas vascas, EH Bildu y PNV, donde los últimos escaños pueden decidirse por un puñado de votos, el voto útil se convierte en primordial, especialmente entre los partidos de izquierdas. De hecho, tres corrientes políticas y cuatro listas se disputan el voto de izquierdas, en un contexto marcado por el retroceso paulatino pero constante de la izquierda confederal desde que alcanzó su techo electoral en 2016, dado que Podemos se convirtió en la primera fuerza política de la Comunidad Autónoma Vasca en las elecciones generales de 2016 con el 29,05% y 333.730 sufragios; la relativa estagnación del Partido Socialista de Euskadi que se halla muy lejos de sus mejores resultados que obtuvo en las elecciones al parlamento vasco de 2009 con el 30,36% y 318.112 votos; y la progresión constante de la izquierda independentista que acaba de cosechar sus mejores resultados electorales en los últimos dos escrutinios: el 29,21% y 297.181 votos en las elecciones municipales de 2023 y 335.129 sufragios en las elecciones generales del mismo año. En ese sentido, hace tiempo que la izquierda confederal, representada en su momento por Elkarrekin Podemos y actualmente por Podemos y Sumar, ha dejado de representar una verdadera alternativa en la CAV, dado que no ha parado de perder votos y escaños desde 2016. En efecto, en las elecciones autonómicas, cosechó el 14,86% y 157.334 votos en 2016, el 8,05% y 72.113 sufragios en 2020 y el último sondeo efectuado por EITB Focus le concede tan solo el 3,7% de las papeletas. Las divisiones internas y la incapacidad para ponerse de acuerdo en torno a una lista unitaria y un programa común han mermado su credibilidad en buena parte del electorado que opta por otras candidaturas, EH Bildu y en menor medida PSE, o por la abstención. Se trata de una tendencia observable en otros territoriales del Estado, como en Galicia donde carece de representación institucional en el parlamento gallego a raíz de las últimas elecciones autonómicas que han tenido lugar el pasado 18 de febrero, ya que buena parte de sus votantes han decidido concentrar su voto en el BNG liderado por Ana Pontón. Algo similar puede acontecer en la CAV, aunque sea en menor medida. El Partido Socialista de Euskadi tampoco representa una alternativa real, dado que gobierna en coalición con el PNV en las últimas legislaturas y gobernó incluso en solitario, con el apoyo externo del PP, en la legislatura 2009-2012. En ese sentido, es tributario de las orientaciones generales fijadas por el Gobierno Vasco y por las políticas públicas llevadas a cabo por dicho ejecutivo, bien directamente por consejeros socialistas, bien por consejeros pertenecientes...
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