LAS CAUSAS DE LOS DISTURBIOS URBANOS EN FRANCIA
La muerte del joven Nahel de 17 años de la mano de la policía francesa, en un caso evidente de abuso policial, ha provocado los disturbios urbanos más graves desde aquellos acontecidos en 2005 y que dieron lugar a la instauración del estado de emergencia por el gobierno liderado por Dominique de Villepin. Tras una semana de incidentes, el balance es desolador: 3.505 personas detenidas de las cuales 1.379 lo han sido en París y sus alrededores, 23.878 fuegos en la vía pública, 12.031 vehículos incendiados, 2.508 edificios incendiados o deteriorados, de los cuales 168 eran escuelas y 105 eran ayuntamientos. Los enfrentamientos con la policía han provocado numerosos heridos, tanto entre los jóvenes como entre las fuerzas de seguridad, y la Inspección general de la policía nacional gala ha abierto diez investigaciones sobre posibles casos de abuso policial. En ese sentido, conviene detenerse en las causas que han dado lugar a semejante desenlace. En primer lugar, esta situación es indisociable del proceso de guetización que han conocido ciertos barrios desfavorecidos, situados en la periferia de las principales metrópolis, donde se concentran colectivos que acumulan toda una serie de problemas sociales: fracaso escolar y abandono escolar prematuro, desempleo y precariedad laboral, pobreza y exclusión social, desestructuración familiar y familias monoparentales, segregación y discriminación, xenofobia y racismo, delincuencia e inseguridad. Este fenómeno ya fue puesto de manifiesto en 2008 por Didier Lapeyronnie en su libro, titulado Ghetto urbain, fruto de una investigación llevada a cabo tras los graves disturbios urbanos de 2005 que dieron lugar, en tres semanas, a 4.728 detenciones y a innumerables daños materiales. Lapeyronnie indicaba que los habitantes de estos barrios estaban “asignados a residencia” y condenados a vivir en unos barrios carentes de servicios públicos, comercios y puestos de trabajo, y, sobre todo, carecían de verdaderas perspectivas de futuro, en los ámbitos escolares, profesionales y residenciales. En segundo lugar, es inseparable del deterioro de las relaciones entre la policía y los jóvenes de estos barrios, sobre todo a raíz del cambio de modelo policial impulsado por Nicolas Sarkozy, primero como ministro del Interior (entre 2002-2004 y 2005-2007) y luego como presidente de la República (2007-2012). En efecto, en 2003, Nicolas Sarkozy decidió poner fin a la policía de proximidad que había sido impulsada en 1998 por el gobierno de izquierdas, liderado por Lionel Jospin, que pretendía acercar las fuerzas del orden a la población, crear un clima de confianza, propiciar la convivencia y reducir la sensación de inseguridad. Sarkozy considera, por aquel entonces, que la principal misión de la policía consiste en detener a los delincuentes, poner fin a los tráficos de droga y reducir el número de delitos y homicidios. Para ello, pone en marcha...
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