Balance de la primera vuelta de las elecciones municipales en el País Vasco norte
La primera vuelta de las elecciones municipales que ha tenido lugar el 23 de marzo en el País Vasco norte y en el conjunto de Francia ha dado lugar a resultados relevantes que conviene mencionar y analizar. Podemos resumirlos de la siguiente forma: 1) incremento de la abstención, 2) fuerte auge del nacionalismo vasco en general y de la izquierda abertzale en particular, sobre todo en el sur e interior de la provincia de Lapurdi, 3) ligero aumento del voto a favor del centro-derecha, y 4) voto de castigo contra el Partido Socialista francés, aunque progrese en Baiona y Hendaia.
En primer lugar, como en el conjunto del Hexágono, el País Vasco norte se ha visto afectado por la abstención. En efecto, la participación electoral ha sido inferior a la de las elecciones municipales de 2008, sabiendo que el retroceso de la participación es una constante desde 1983 cuando el socialista François Mitterrand, por aquel entonces presidente de la República, decidió emprender el “giro del rigor”. Desde ese momento, se observa una desafección de las clases populares y desfavorecidas, que desconfían de los partidos de gobierno y de la aptitud de la democracia representativa para resolver sus problemas diarios, tales como el desempleo, la precariedad, la bajada del poder adquisitivo, el acceso a la vivienda o la delincuencia. En ese sentido, la abstención se explica, en gran medida, por una fractura sociológica que no ha empezado con la crisis económica de 2008.
En tercer lugar, la izquierda conoce un retroceso, a pesar de la progresión del voto a favor de los candidatos socialistas en Baiona (29,98%) y Hendaia (36,51%). No en vano, retrocede en Angelu y Bokale, y los resultados cosechados en varios municipios no se ajustan a las expectativas generadas durante la campaña electoral, a la imagen de Henri Etcheto (PS) que los sondeos de opinión acreditaban del 41% de los sufragios.
Estos resultados resultan tanto del desgaste que genera la gestión municipal, especialmente en el caso de Espilondo (Angelu), como de la pésima imagen de la que goza el presidente François Hollande. De hecho, el descontento de la población en general y de los votantes socialistas en particular hacia su gestión, sinónimo de “socialismo de la oferta” más afín a la socialdemocracia europea que al socialismo histórico, ha llevado a parte de su electorado, que oscila entre el 8% y el 10%, a quedarse en casa.
Viene ahora el momento de las negociaciones entre las diferentes listas para llegar a acuerdos, tanto en cuanto a personas como a programas, que permitan obtener mayorías suficientes para gobernar.
Tribuna Abierta publicada en el periódico DEIA el 26 de marzo de 2014