LA POLÍTICA DE ENSEÑANZA SUPERIOR EN IPARRALDE
En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, en el cual la economía del conocimiento ocupa un lugar central en razón de una competencia generalizada y de una necesidad de diferenciación basada en la innovación y la calidad, la enseñanza superior, que alude tanto a la formación como a la investigación, reviste una importancia creciente. Esto conduce las principales metrópolis así como los territorios menos poblados a invertir en esta materia, conscientes de que resulta vital para su capacidad a producir conocimiento y a garantizar una mejor conexión entre las Universidades, los laboratorios de investigación, los centros tecnológicos y las empresas. Si el País Vasco norte no es ninguna excepción en esta materia, lo hace de manera original a través de una gobernanza propia. Lo cierto es que la competencia de la política universitaria e investigadora corresponde ampliamente al Estado, cuya historia, a la vez larga y compleja, debuta a inicios del siglo XIII con la creación de la Universidad de París y atraviesa etapas sucesivas marcadas por la Revolución francesa de 1789; las reformas llevadas a cabo a lo largo del siglo XIX y, en particular, en 1806, 1850 y 1854; los cambios realizados durante la segunda mitad del siglo XX y, singularmente, las leyes aprobadas tras el Mayo de 1968 y la llegada al poder de la izquierda en 1981; y, por último, la autonomización progresiva de las Universidades y la inserción de Francia en el sistema universitario europeo. En semejante marco, transformado por las leyes de descentralización y las reformas territoriales sucesivas, aprobadas e implementadas en 1982-1983, 2003-2004, 2010 y 2014-2015, que otorgan competencias que van en aumento a las administraciones territoriales, los actores de Iparralde toman conciencia de la escasa presencia de la enseñanza superior en el territorio y de la necesidad de desarrollarla. De hecho, a pesar de ser la segunda área urbana de la Región Nueva Aquitania con 312.000 habitantes, solo cuenta con 6.000 estudiantes matriculados en el territorio, lo que sitúa a dicho ratio en 20 estudiantes/1.000 habitantes, muy por debajo de Pau (63), Limoges (96), La Rochelle (100), Bordeaux (101) y Poitiers (210). En esta materia, la prospectiva País Vasco 2010, publicada en 1993 y fruto de un largo trabajo llevado a cabo de manera conjunta por los actores institucionales y sociales, ha jugado un papel clave. Esta prospectiva, que consta de un apartado diagnóstico dedicado a la situación de la enseñanza superior en el territorio, supone una toma de conciencia de los actores locales sobre las carencias del País Vasco norte en esa materia y sobre la necesidad de desarrollar la actividad universitaria e investigadora para garantizar el desarrollo del territorio durante las próximas décadas. Ese análisis exhaustivo, que...
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